Ausente (2011) es de aquellas películas sobre la homosexualidad latente / no manifiesta, no apta para quienes buscan ver a personajes homosexuales abrazándose o amándose. Aquí no hay de ello.
El film se nos presenta como un relato de suspense e intriga sobre la atracción que un chico homosexual pretende ejercer su profesor de gimnasia. El muchacho del film es la "femme fatal" de la película, tratando de que su profesor caiga en las redes de la belleza adolescente.
El plantamiento de Ausente (2011) no parece malo. Las películas de seducción siempre tienen un aliciente. Cuando además hay planificación y estrategia, casi nos acercamos a un género detectivesco, que tan buenos resultados suelen tener en pantalla.
Un film de suspense, pero falto de acción
Algunos encontrarán que la película Ausente (2011) nos ofrece un planteamiento de intriga que no finaliza. Toda la obra es intriga. La intriga es la propia obra, de la que empiezan a pasar los minutos, uno tras otro, sin crear situaciones de crisis o ruptura propiamente dichas. Hay una película de Lucrecia Martel llamada La ciénaga (2001) que parece guardar muchas similitudes con esta obra. Ambas argentinas y del mismo año. Y ambas con una narración de tipo solipsista (pausada y ensimismada), que no parece llegar a ningún lado.
La película ganó el Teddy Bear de Berlín a mejor película LGTB
Un elemento de interés de la película es el hecho de que el profesor sea heterosexual. El muchacho parece convencido de que con su encanto será capaz de conquistarle, olvidándose de que la orientación es algo biológico. Casi lo mismo que vimos en la película de Latter Days (2003) donde Christian, gay reconocido, trata de seducir a Aarón, presunto heterosexual. Aarón, al contrario que el profesor de la película caerá en la garras del seductor. La diferencia es que Aarón siempre fue homosexual.
Lo dicho, Ausente (2011) es una película que se nos presenta con un cartel muy llamativo. Alguien pensaría que habría algo más de amor entre hombres, pero no es así. La película es toda una intriga, a la vez que una reflexión sobre la manipulación del deseo.
Sin ánimo de desvelar el final, he apuntado ya que el profesor no caerá como tal en la garras del muchacho, pero sí se sumergirá en un proceso casi patológico-obsesivo hacia ese muchacho. La víctima no es seducida, pero sí atrapada.
En definitiva, Ausente (2011) es una película interesante, más reflexiva y meditativa sobre el deseo gay, que de relaciones manifiestas. (F.R.C.)