Ser gay no es una opción. Y aun así la sociedad se empeña en marginar a las personas que lo son, llegando al punto de hacer daño a otras personas para llevar a cabo esa marginación. Al final, todo el mundo pierde. Esta es la triste situación que refleja Any Day Now, una de las mejores películas del 2012 y una de las mejores películas jamás creadas sobre los prejuicios que conlleva ser homosexual.
Alan Cumming ganó múltiples galardones por su interpretación
Rudy (fantástico Alan Cumming en una de las mejores intérpretaciones del año) es un Drag Queen alocado que, de la noche a la mañana, se convierte en padre por las circunstancias de la vida. Conoce a Marco (un Isaac Leyva muy natural) y se da cuenta de que su existencia puede tener más sentido del que ha tenido hasta el momento. Marco tiene Síndrome de Down y una madre drogadicta. Marco le necesita.
Desde ese momento, su única meta es cuidar de Marco, incluso adoptarle para darle el hogar del que carece. Pero la sociedad no ve en Rudy la mejor opción. Ni siquiera el hecho de que su amante Paul (un Garret Dillahunt que se crece conforme avanza el film) sea abogado sirve de algo para que la justicia entienda que nadie será un mejor padre para Marco que él (o, más bien, ellos, ya que poco a poco lo que empieza como un lío de una noche se convierte en mucho más). La justicia no está a favor de esta pareja por mucho que ellos demuestren que quieren al chico más que nadie y que son lo mejor para él.
La película fue premiada con el GLAAD a mejor película LGTB
Fantásticas interpretaciones y un excelente guión avalan una película muy fresca y bien realizada que, pese a estar ambientada en los años 70, trata una problemática muy actual, indigna del siglo XXI. Una película que todo el mundo debería ver. Pero, lamentablemente, lo más probable es que justo aquellos que deberían verla, aquellos cuyos prejuicios les impiden ver más allá de lo establecido, sean precisamente los que no la vean.
El joven Marco es un chico alegre, divertido y listo. Un niño que, como todos, necesita sentiré querido. A Marco le gustan las historias con final feliz. Por desgracia, la suya no tiene un final feliz. Porque desde el primer minuto sabemos que los prejuicios son demasiado fuertes y que nos encontramos ante una de esas historias enfocadas al fracaso. Rudy y Paul seguirán adelante; la experiencia, aunque enormemente dura, les ayudará a conocerse mejor a sí mismos y a vivir mejor sus vidas. Pero el destino de Marco es otro. Al final, es él quien más pierde. Por culpa de una sociedad que se deja llevar por los prejuicios y se olvida del amor. ¿Melodrama? No; lo más triste de todo es que Any Day Now se basa en una historia real.
Crítica de Juan Roures