Brokeback Mountain obtuvo tres Oscar: director, guión y música
Por supuesto, la vi en cuanto pude. Y resultó que nadie había hablado de ella con sentido. ¿Escenas muy explícitas? Precisamente Halle Berry se había llevado el Oscar hace bastante poco por el contenido fuerte de Monster´s ball (Marc Forster, 2001) y nadie había comentado nada al respecto. El problema no eran las escenas calientes, que, por cierto, son bastante escasas y poco visible en Brokeback Mountain. El problema era que dos hombres hicieran el amor en una superproducción de Hollywood (el cine gay llevaba varios años de existencia, pero nunca en una película de esta talla). Y encima vaqueros.
O sea, que Brokeback Mountain era un western gay. Nueva vuelta de tuerca al género americano por excelencia. Bailando con lobos (Kevin Costner, 1990) y Sin perdón (Clint Eastwood, 1992) habían reavivado al western, pero nadie esperaba que el género diera tanto de sí. Realizar un western gay era un guiño de Hollywood a la comunidad homosexual, una muestra de apoyo que siempre agradeceré. Aunque, en realidad, su director era el taiwanés Ang Lee, quien ya había tocado la homosexualidad con gran acierto en El banquete de boda (1993), pero la historia original en que se basaba el guión y la producción eran estadounidenses.
Los Bafta, los Globos de Oro, el Festival de Venecia y los críticos de NY y L.A. premiaron a Brokeback Mountain como mejor film
Brokeback Mountain cuenta la historia de dos vaqueros destinados a cuidar los rebaños de la montaña de Brokeback en el verano de 1963. Se enamoran, pero la sociedad no permitirá que su amor siga adelante. La hipocresía de la sociedad les llevará a oprimir sus propios impulsos y apagar la llama de la pasión. Pero el amor imperecedero no puede acallarse para siempre.
Decir que Brokeback Mountain es la película gay por excelencia no es muy novedoso. Pero lo cierto es que hay pocos dramas románticos más bellos y sinceros. Una maravilla que llega al corazón más duro, por sus personajes (y su excelente reparto: Heath Ledger, Jake Gyllenhaal, Anne Hathaway y Michelle Williams), su música, sus paisajes, y su desnuda honestidad. Una joya del cine estadounidense que marcó un antes y un después en el cine gay.
Crítica de Juan Roures